¡BIENVENIDOS A NUESTRO MUNDO MONTESSORI!

¿Alguna vez has oído hablar de la educación Montessori? Este enfoque de enseñanza está basado en ofrecer respeto por la psicología natural del infante, fomentar que aprenda mantener relaciones consigo mismo, con su cuerpo, con el ambiente y con los que te rodean.

 El método Montessori se caracteriza por proveer un ambiente preparado: ordenado, estético, simple, real, donde cada elemento tiene su razón de ser en el desarrollo de los niños y niñas.

Es una alternativa a la educación tradicional y se centra en el aprendizaje práctico y autónomo. Este enfoque permite a los infantes trabajar de manera creativa y explorar su entorno a su propio ritmo, fomentando así su independencia y autoestima.

Muchas investigaciones han demostrado que con esta pedagogía se alcanzan resultados sólidos en el desarrollo cognitivo, emocional y social de los niños y niñas. 

Maestra & Montessori

"Ayúdame a hacerlo por mí mismo"

¿CÓMO SON LOS MATERIALES MONTESSORI?

En primer lugar, hablamos de materiales Montessori y no de juguetes Montessori, ya que su objetivo principal es fomentar el aprendizaje y el desarrollo de habilidades. De igual modo, estos materiales también son divertidos y generan grandes dosis de satisfacción en los más pequeños.

Lo más importante es que la gran parte de los materiales que utilice el infante sean naturales (de madera, de algodón, de metal, de bambú, de fieltro, de tela…), respetuosos con el medio ambiente y con colores lo más neutros posible. Además, deben ser seguros y sin elementos peligrosos para ellos.

Estos materiales deben ser presentados a los niños/as haciendo una breve demostración de su uso, y a partir de ahí permitir que el niño lo explore y manipule a su manera, sin importar que comenta errores. 

 

¡Sin duda aquí encontrarás los mejores recursos educativos para los más pequeños!

 

PRINCIPALES BENEFICIOS DEL MÉTODO MONTESSORI:

  • Fomenta la autonomía de los niños y niñas desde bien pequeños, la libertad de elección y la seguridad en sí mismo,
  • Evita el uso de castigos y premios, cambiándolos por explicaciones sencillas y límites claros.
  • Favorece el tiempo compartido entre papás/mamás e hijos/as o entre el docente y su alumnado, la comunicación respetuosa y la confianza mutua.
  • Respeta el ritmo natural del infante y desarrolla las capacidades de cada uno, sin prisas ni presiones.

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